Tiempos de desayunos compartidos
nuestros cuerpos formaban uno, mezclados con leche y miel.
mañanas de Pampa y pompa,
todo era una fiesta.
No habìa desencuentros, sino encuentros de vidas
nada mas y nada menos.
El tiempo detenido en permanentes presentes
y en dolorosas despedidas
con cenas de carnes regadas de vino.
No tardò en llegar la otra invitada al festìn, sinceramente traidor.
Los dos pasamos a ser ocultamente tres.
Cuatro?, cinco, infinitos cuerpos traicionando, complotados
en un silencio mezquino
del que vos eras artifice,
perversamente, deleitàndote
mentira a mentira,
transcurrieron los encuentros,
los envenenaron secretamente.
Ahora los cuerpos pasaron a ser dos
el tiempo pasò a un pasado profundo y doloroso.
la fiesta terminó.
La pampa sigue de pie,
el sur bañado de sal,
llueve sin pausa.
Rocío Laguna
A la memoria de la traición,
Desde la laguna del olvido,...ya definitivamente.
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