Vivir de salto en salto,
esperando y desesperando...
tratando de no soltar la cuerda,
no perder la esperanza y dejar que la maraña
lentamente se desenrede, tirando suavemente,
sin hacer nudos que sellen para siempre
el bloqueo.
Ser paciente y atento,
no lastimar ni juzgar,
simplemente poner la atención en el otro, el otro
que también soy yo...
espacio...
despacio
si se puede aportar algo que le de un masaje interior, aliento.
Fuerte, tremendo, parálisis.
la vida misma rejuntando pedazos de seres sufrientes,
hasta tratar de armar un ser, un ser viviente,
y no un sobreviviente.
volver al primer escalón...
volver a respirar, confiar...
aunque parece una palabra lejana,
casi ausente en el diccionario,
de mi realidad.
Desde la laguna de las infinitas incertidumbres y las sombras.
En este momento que me fui de viaje para descansar, para reencontrarme, para humanizarme no puedo dejar de pensar. Ideas y pensamientos agradables desagradables habitan en mí.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...inevitable. Es como un carrusel no lo podes detener y estas en el.
Comencé a formar parte de un grupo...todos los integrantes diferentes, pero a la vez hay un algo que son como espejos del otro, lo humano en común, aspectos personales que nos agradan y nos desagradan todo ahí, habitando el espacio, el presente y en el recuerdo. Siempre nos reconocemos en el otro, en sus vivencias, cada uno con su historia, con el libreto de su propia vida que expone en el escenario de su contexto, pero el sufrimiento, las miserias, las alegrías y maravillas tienen intensidad. Habita la vida de todos...es un recorte del mundo, un micromundo, células de un sistema en donde todos nos relacionamos como podemos, como en la vida, pero haciendo pausas para ver algo en particular que tal vez hay que registrar, hacer consciente para poder mejorar nuestra relación con nosotros mismos y con el otro.
Mundo, micromundo y células de un sistema. Salud e insanía, enfermedad, enfrentándose en una lucha, para lograr poder vivir mejor, lograr ser mas sanos.
A veces habitamos un infierno tremendo creyendo que esa es la vida...
la esperanza es habitar lo desconocido algo semejante a un paraíso, con instantes de infierno.
Cielo e infierno,
no soy muy religiosa, lo era...
ahora me reacomodé, no soy dogmática aunque crecí con las pautas del dogma Católico.
Tal vez Dios, los ángeles oscuros y luminosos, sean, aspectos nuestros de iluminación y miseria...deseando retornar al paraíso perdido. Paraíso humano , cotidiano de todos los días.
Gracias
Desde la laguna de aguas turbias.
Rocío Laguna