domingo, 18 de mayo de 2014

Reconocernos en el otro.

En este momento que me fui de viaje para descansar, para reencontrarme, para humanizarme no puedo dejar de pensar. Ideas y pensamientos agradables desagradables habitan en mí.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...inevitable. Es como un carrusel no lo podes detener y estas en el.
 Comencé a formar parte de un grupo...todos los integrantes diferentes, pero a la vez hay un algo que son como espejos del otro, lo humano en común, aspectos personales que nos agradan y nos desagradan todo ahí, habitando el espacio, el presente y en el recuerdo. Siempre nos reconocemos en el otro, en sus vivencias, cada uno con su historia, con el libreto de su propia vida que expone en el escenario  de su contexto, pero el sufrimiento, las miserias, las alegrías y maravillas tienen  intensidad. Habita la vida de todos...es un recorte del mundo, un micromundo, células de un sistema en donde todos nos relacionamos como podemos, como en la vida, pero haciendo pausas para ver algo en particular que tal vez hay que registrar, hacer consciente para poder mejorar nuestra relación con nosotros mismos y con el otro.
 Mundo, micromundo y células de un sistema. Salud e insanía, enfermedad, enfrentándose en una lucha,  para lograr poder vivir mejor, lograr ser mas sanos.
A veces habitamos un infierno tremendo creyendo que esa es la vida...
la esperanza es habitar lo desconocido algo semejante a un paraíso, con instantes de infierno.

Cielo e infierno,
 no soy muy religiosa, lo era...
 ahora me reacomodé, no soy dogmática aunque crecí con las pautas del dogma Católico.
 Tal vez Dios, los ángeles oscuros y  luminosos, sean, aspectos nuestros de iluminación y miseria...deseando retornar al paraíso perdido. Paraíso humano , cotidiano  de todos los días.

Gracias
Desde la laguna de aguas turbias.
Rocío Laguna

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