viernes, 30 de agosto de 2013

Como una botella al mar

Escribo para comunicarme, y en vez de tirar una botella al mar lo hago al ciberespacio, tal vez algún navegante sideral la detecte y se tome un rato para leerla. La comunicación  se hace tan difícil, en este planeta de relaciones inmediatas, de vínculos construidos con alfileres, ...vivimos rodeados de soledades con pequeños, instantes, " oasis" de encuentros.
Quizás el problema de adaptación sea mio, no consigo conectarme desde lo profundo del corazón, mi corazón se cerró, y a veces aunque, lo intento no logro abrirlo, ya casi me olvidé lo que es escuchar palabras de cariño,  pequeños grandes detalles de cuidado, momentos compartidos. La falta de atención es lo habitual, el cuidado es lo ausente.
El dolor dicen que humaniza, lo creo, pero también es lo que llena de miedos para volver a creer en cualquier tipo de relación ,sea de amistad, de pareja...o cualquier encuentro con el otro. El tiempo pasa y cada día lo siento mas difícil. Alguien me escribió ...que no baje los brazos, no deseo hacerlo.
Me duele el alma.
El afecto es lo que mueve montañas.
Laguna en la cima de la montaña

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