La belleza, ya sea escrita, escuchada o mirada, uno quisiera preservarla en la memoria para toda la vida, por ahì para recurrir a un oasis interior en los momentos donde el desierto o la sequia amenazan como un enemigo. Tal vez por eso a los que nos gusta escribir no dejamos de tener algùn cuaderno, servilleta de papel y lapicera, a mano, permanentemente, para poder perpetuar algo que nos sucedio, sentimos o tal vez fantaseamos. Los fotógrafos escriben con la càmara, recortan un pedazo de historia que la inmortalizan con el ojo, con la lente, y esto sì es para siempre...y asì los que escriben melodìas, pintan, etc.... hay formas de manifestarse infinitas, de recortar la realidad a travès de distintas sensibilidades o todas...combinandolas, segùn la ocasiòn. La maravilla es la expresiòn, y la libertad sin pudor para hacerlo que no pasa por el querer lograrlo, sino nace de una necesidadad y nosotros somos el medio, tenemos lo que necesitamos para alcanzarlo, la desiciòn de elegir, el camino que nos lleva a nuestra meta. Tambièn aparece la Musa, la inspiracion, la luz que nos ilumina, el aroma o la sintonìa que nos lleva a plasmar, y ahì, hablando de mi experiencia, siento una amplitud interior, una sensibilidad exacerbada, amplificada, donde me siento libre y puedo volar.
Es el lugar interior donde la luz o la oscuridad no asustan, donde la soledad no mata y nadie sale herido. El lugar de creaciòn, de inspiraciòn liberadora.
Los invito a explorar, a intentar aproximarse al hecho creativo donde el error es mejorable, donde se expande la emoción, tal vez con la lente de una cámara, escribiendo con el ojo.
Un gracias y una invitaciòn al intento...
desde la laguna interior de cada uno
Rocìo

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